2014-01-03

LA TALLA 38 OCCIDENTAL VISTA POR UNA MUJER FEMINISTA ÁRABE

"EL HARÉN EN OCCIDENTE" es uno de esos pequeños grandes libros de obligada lectura. Su autora es FATEMA MERNISSI, una de las intelectuales marroquíes más conocidas en Europa, destacando por su defensa de los derechos de la mujer en el Islam. La escritora defiende un concepto humanista donde las mujeres tienen que asumir su papel luchando con la palabra, el arma principal para lograr la igualdad y hacer la revolución.
"El harén en occidente" es un libro serio, pero ameno en el que Fatema Mernissi ironiza acerca de la oposición entre mujeres occidentales liberadas y mujeres orientales reprimidas, señalando cómo los cánones consumistas de belleza occidentales se convierten también en un elemento represivo para las mujeres.
El capítulo clave y más célebre de este libro es el último, lleva por título "El harén de las mujeres occidentales es la talla 38" y cuenta en él la escritora, la experiencia que vivió y escribió hace más de una década y que, sin embargo, no parece tan lejana.

“Mientras intentaba encontrar, sin éxito, una falda de algodón en unos grandes almacenes en Estados Unidos, oí por primera vez que mis caderas no iban a caber en la talla 38. A continuación viví la desagradable experiencia de comprobar cómo el estereotipo de belleza vigente en el mundo occidental puede herir psicológicamente y humillar a una mujer.
La elegante señorita del establecimiento me  miró de arriba abajo desde detrás del mostrador y, sin hacer el menor movimiento, sentenció que no tenía faldas de mi talla: ¡Es usted demasiado grande! – dijo.
- ¿Comparada con qué? – repliqué.
- Pues con la talla 38. Lo normal es una 36 o una 38. Las tallas grandes, como la que usted necesita, puede encontrarlas en tiendas especiales.
Era la primera vez que me decían semejante estupidez respecto a mi talla.
- Y ¿se puede saber quién establece  lo que es normal y lo que no? – pregunté a la dependienta como queriendo recuperar algo de mi seguridad si ponía a prueba las reglas establecidas. – ¿Quién ha dicho que todo el mundo deba tener la talla 38? – bromeé, sin mencionar la talla 36, que es la que usa mi sobrina de doce años, delgadísima.
- La norma está presente en todas partes, querida mía. En las revistas, en los anuncios. Es imposible no verlo. Si aquí se vendiera la talla 46 ó 48, que son probablemente las que usted necesita, nos iríamos a la bancarrota. Pero ¿en qué mundo vive usted, señora? Lo siento, pero no puedo ayudarla, de verdad.
-  Pues vengo de un país donde no existen las tallas en la ropa de mujer – repliqué-. Yo misma me compro la tela, y la costurera del barrio o un artesano me hacen la falda que le pido a medida. De hecho, si quiere que le diga la verdad, no tengo ni idea de qué talla uso.
- ¿Quiere usted decir que no vigila su peso? – me preguntó con cierta incredulidad. Y añadió en voz alta: muchas mujeres que tienen puestos de trabajo muy bien pagados, relacionados con el mundo de la moda, podrían verse de patitas en la calle si no siguieran una dieta estricta".
Sus palabras eran tan claras y la amenaza que implicaban tenía tal carga de crueldad que Fatema se dio cuenta, por primera vez, de que quizá la talla 38 fuera una restricción aún más violenta que el velo musulmán.

Así se da cuenta del paralelismo entre las restricciones patriarcales de oriente y de occidente. El hombre musulmán establece su dominación por medio del espacio. A las mujeres se las excluye de los lugares públicos . El occidental lo que manipula es el tiempo, afirma que una mujer es bella sólo cuando aparenta ser una adolescente. Al dar el máximo de importancia a esa imagen y fijarla como ideal de belleza condena a la invisibilidad a la mujer madura. Las mujeres deben aparentar que son bellas, lo cual no deja de ser infantil y estúpido... el arma usada contra las mujeres es el tiempo. La violencia que implica esta frontera del mundo occidental es menos visible porque no se ataca directamente la edad, sino que se enmascara como opción estética.

“En efecto, en aquella tienda no solo me sentí repentinamente horrorosa, sino también inútil. Mientras los ayatolás consideran a la mujer según el uso que haga del velo, en Occidente son sus caderas orondas las que la señalan y marginan… El objetivo es el mismo en ambos casos.”
“El poder del hombre occidental reside en dictar cómo debe vestirse la  mujer y qué aspecto debe tener. Es el hombre quien controla la industria de la moda, desde la cosmética hasta la ropa interior. Me di cuenta de que Occidente es la única parte del mundo donde las cuestiones de la moda femenina son un negocio dirigido por hombres. En países como Marruecos, la moda es cosa de mujeres.”

Una de las últimas exclamaciones de Fatema Mernissi en este pasaje es: “¡Qué espanto si a los fundamentalistas les diera por imponer no solo el velo, sino también la talla 38!"
Desde occidente, en general, nos vemos con la posesión de la verdadera visión del mundo y de todo lo que en él acontece. Veamos que hay otros puntos de vista, como el de Fatema Mernissi. 
Se esté de acuerdo a no con su autora, "El harén en occidente" es una obra que resulta de enorme actualidad tanto en las cuestiones que aborda acerca del control sobre la mujer en occidente como en las relativas al mundo árabe.

3 comentarios:

  1. Meli8:24

    Interesante el punto de vista de esta escritora, seguramente que hay mas comportamientos que nos reprimen, no somos conscientes de ello, lo aceptamos con naturalidad y hasta con tonto orgullo, creo que el libro me va a gustar, voy a intentar leerlo, siempre es interesante conocer otros puntos de vista y otras culturas.

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  2. Anónimo20:00

    me gusto

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    1. Muchas gracias. Este blog fue una propuesta de hace unos tres años. Complementaba una sesión semanal de un programa que llamábamos Educación Literaria. Una experiencia fabulosa fundamentalmente por la gente que participó en ella. Y en este momento, que llegue a través de su comentario una referencia a aquel momento y trabajo, me hace muchísima ilusión, ya que disfruté mucho de la literatura y, en especial de la poesía compartiendo estos momentos con otras personas que se entregaron totalmente a la propuesta.

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